La toxina botulínica tipo A es una proteína natural y altamente purificada que se utiliza para mejorar la apariencia de las arrugas de expresión facial (entrecejo, patas de gallo, líneas de la frente). La cantidad que se aplica es tan pequeña que es completamente inocua.
El tratamiento es muy eficaz, seguro y cómodo para los pacientes que desean eliminar las arrugas que han aparecido en determinadas zonas de su rostro debido a gestos habituales, el tratamiento se lleva a cabo a través de la infiltración en el músculo, mediante pequeños pinchazos, prácticamente imperceptible, con una aguja muy fina. De esta forma, los músculos pierden su capacidad de contracción de manera completa a partir de 48-72 horas y se mantiene por un período de entre 4 y 6 meses.
Los efectos del tratamiento se observan al cabo de tres o cuatro días y son reversibles, con una duración aproximada de seis meses. Sin embargo, en este período se produce una deshabituación del paciente a contraer los músculos de las zonas tratadas y cuando desaparece el efecto de la toxina botulínica tiene menos tendencia a contraer la musculatura, por lo que la atenuación de las arrugas se mantiene parcialmente.
CONTRAINDICACIONES: No debe emplearse toxina botulínica en embarazadas, ni en personas con enfermedades neuromusculares que puedan aumentar el efecto de la toxina, como la miastenia gravis o la esclerosis lateral amiotrófica. Tampoco debe utilizarse en zonas infectadas.